EXISTENCIA LA COMEDIA DE LA VIDA
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Dedicado a la raza humana, a los que pasan por la vida ignorando que existen y que sólo por esa razón se ven obligados a vivir y morir, hasta tanto no conciban que así la vida como la muerte proceden de la Existencia.
El saber de nosotros por nosotros mismos y el hacer de cada instante el misterio constante de una Eternidad que se renueva. ¿Quiénes somos? ¿Qué somos? He allí el misterio. Nuestra
identidad es el recuerdo de nuestras vidas pasadas; lo que somos, nuestra
vida individualizada en el seno de Dios. Quien
despierta, ve quien piensa, duerme. El hombre vive para lo que cree ser, por eso muere; mas puede vivir para lo que es, y así no morirá jamás. Aclarar este misterio es haber encontrado el sentido de la vida, ya que no es la fragilidad del hombre la que puede heredar el misterio, sino el hombre que ha sabido de sí, sin que nadie se lo dijera; que es para sí mismo El Camino, La Verdad y La Vida, y que haber comprendido esta realidad es haber reconocido a Quien la Encarnó, para que podamos tener Vida Eterna. Nuestro
andar por la vida sólo deja huellas cuando hemos vivido realidades. Son las corrientes de la vida y los corazones que han comprendido los que llevarán el mensaje, pues éste no tiene dueño, pertenece a la Existencia, es Su manifestación, y sólo puede ser vivido haciéndonos uno con El. La relación entre el hombre y la verdad es sólo verdad cuando el hombre hace del hombre su propia verdad. La
ilusión es el sacrificio que hace la verdad para encontrarse
con esa ilusión llamada hombre. El
mayor respeto por la condición humana es poder señalar
lo que no muere. Es
el conocimiento de la Existencia lo que puede lograr la Paz en el mundo. La
dualidad ha sido el gran impostor de la humanidad y los testigos presenciales Podrá
acceder así a la historia de la humanidad y aportará la
cuota de su realidad; Ingresará
a las filas de los pioneros de las razas y dejará las huellas
de su saber De
esta manera sabrá de todo cuanto quisiera saber, y lo que es
más, sabrá de él mismo, pues no existe ofrenda
mayor que dar la vida. De esta manera, el hombre que confía y espera es merecedor de lo que recibe, pues sólo dando podemos tener conciencia de lo recibido, y sólo sabiendo agradecer, podríamos reconocer el Día de la Oportunidad. Este día se celebra cuando los Cielos besan la Tierra, y en la vida de un hombre, cuando ha encontrado el camino hacia Dios. |
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